Enumeremos, utilizando el masculino singular por simplificación (no implica discriminación).
1 El Megalómano
Seductores, demandan atención, control y lealtad. Se apropian de los éxitos de otros, además de exagerar los propios, y los fracasos nunca le pertenecen. No tienen facilidad de conectarse a nivel personal. Wendy Behary, autora del libro "Desarmando al narcisista", describe: "Debajo de toda esa fanfarronería, jactancia, intimidación y control hay un ser que tiene mucha inseguridad e, irónicamente, un sentido de insuficiencia que intentan desesperadamente no exponer". Según Behary, existe el mito de que seguirles la corriente ayudará a destacarte. Error. Hay que tener cuidado con las promesas de los narcisistas. Este tipo de jefe es peligroso.
2 El Microgerente
Es el que necesita estar involucrado en todo, por temor a perder el control. Revisa los resultados del equipo, quiere estar copiado en todos los memos e inhibe a los empleados más independientes. ¿Qué hacer? Marie G.McIntyre sugiere entender que el motor de aquel comportamiento es la ansiedad y la reacción de alejarse es la peor estrategia, porque se vuelve más ansioso todavía. Es preferible ofrecerle y saturarlo de información para incrementar su confianza, para que suelte un poco las riendas.
3 El Soñador
Son aquellos que imponen objetivos muy elevados, sin proporcionar los medios para alcanzarlos. Son algo "delirantes", diríamos en nuestras tierras. Dana Brownlee, presidenta de Professionalism Matters, aconseja dividir en segmentos más manejables: "En vez de decirles que no, te conviertes en el defensor de tu jefe y en la primera persona en señalar los posibles riesgos, de manera tal que se puedan tomar mejores decisiones". Es una ayuda táctica para que el jefe ponga los pies sobre la tierra.
4 La Veleta
Son aquellos que cambian los objetivos permanentemente. La falta de dirección y convicción es el camino directo al fracaso. Según la misma Brownlee, "trabajar con este tipo de jefe requiere «gerenciarlos», o construir una relación estratégica para ayudarlos a modificar su comportamiento indeciso. Tienes que tomar la delantera y sacar información de ellos con preguntas muy puntuales y documentación por cada respuesta que te den".
5 El Autoritario
Figura harto conocida. "Un jefe autoritario tiende a arrasar con las ideas de los demás, obstaculizando un ambiente de colaboración y ahogando los intentos de trabajo en equipo". Jean François Manzoni, presidente de la escuela de negocios IMD en Lausana, Suiza, aconseja que lo primero a hacer es aceptar el objetivo, para iniciar una conversación productiva. "Cuando no estés de acuerdo con el cómo, conecta siempre con el «por qué». Solo así tendrás un camino para el diálogo". Pero el propio Manzoni advierte sobre el peligro de poner etiquetas a cualquier tipo de jefe, "porque en el momento en que los calificas como difíciles, los conviertes en personas más difíciles de trabajar, porque no les vas a dar el beneficio de la duda y no te vas a relacionar con ellos a nivel productivo". Etiquetar da paso al prejuicio y fractura las posibilidades de diálogo.
Todas las descripciones que logró la BBC son posibles, pero no son las únicas ni tan segmentadas.
Fuente: La Nacion