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Romper la barrera de la discriminación: tienen autismo y consiguieron trabajo en una gran empresa

En el país ya tres importantes compañías sumaron a su staff personal con Trastorno del Espectro Autista. Las razones del cambio y las historias de dos empleados. 

Fuente: Mariano Gavira - Diario Clarín

 

Durante tres años Alejo intentó conseguir un empleo que le permitiera empezar a independizarse de su familia. Se sentía una persona inútil, incapaz. Durante esos más de mil días chocó siempre contra la misma pared del “vos no podés” cada vez que terminaba una entrevista laboral. Le decían que había algo en él que no cerraba, que no convencía, le llegaron a decir que estaba loco: “Que era un psicópata”, cuenta ahora.

Alejo Bramejo tiene 24 años y nació con Trastorno del Espectro Autista (TEA). La desinformación, la falta de tacto y la ignorancia en la sociedad lo alejaron del mundo, lo aislaron. Pero el joven insistió y rompió sus propias barreras: desde principios del 2018 trabaja en el área de soporte y mantenimiento en una empresa multinacional que, como otras, comenzaron a contratar a personas con autismo dentro de sus oficinas.

A través de iniciativas de inclusión y diversidad, personas con trastornos generalizados en el desarrollo empezaron a ocupar, a partir de los últimos dos años, puestos convencionales. Con el nombre de “Autismo en el trabajo”, distintas compañías comenzaron a implementar un programa de contratación de jóvenes con esa condición. La empresa de software SAP ya tiene 10 empleados con TEA. En Direct TV son cinco, igual que en JP Morgan, mientras que IBM ya comenzó con la puesta a punto y para fin de año incorporaría a los primeros. La tendencia avanza cada vez más rápido y según pudo averiguar este diario otras 15 grandes empresas analizan sumarse al programa.

Para las chicas y chicos con autismo es un antes y un después en su vida. Para las empresas, es por un lado la oportunidad de demostrar que están abiertas a la diversidad y la innovación y, por el otro, la posibilidad de incorporar recursos valiosos para la organización: estas personas se destacan por su facilidad para encontrar patrones y anomalías en la información, hacer foco y entregar altos estándares en trabajos, atributos muy necesarios en el análisis de datos, diseño de software y multimedia.

Alejo Bramejo (derecho) y Julián Frejman (izquierda), son dos de los empleados con Trastorno del Espectro Autista que trabajan en la empresa SAP. (Emmanuel Fernández)

Alejo Bramejo (derecho) y Julián Frejman (izquierda), son dos de los empleados con Trastorno del Espectro Autista que trabajan en la empresa SAP. (Emmanuel Fernández)

En el caso de Alejo, que luego de años de bullying en el colegio y discriminación en los que no podía superar la primera etapa de una entrevista de trabajo, recuperó la alegría: “La pasé muy mal, pero ahora estoy contento porque me siento alguien útil dentro de la empresa y en mi familia”. Relata que lo que más le costaba era sentir que en su casa no podía aportar nada: “Yo me veía como una molestia para mi mamá y mi papá porque ellos me pagaban todo y para mí era frustrante querer trabajar pero que no me lo permitieran”.

Ahora trabaja en SAP, la compañía pionera en Argentina con esta movida, que pretende, de aquí a 2020, que el uno por ciento de su fuerza laboral mundial sean personas con autismo. En el sector de finanzas se desempeña Julian Frejman, de 25 años. El lo que más disfruta es que lo traten de igual a igual: “No me miran distinto, cuando durante mucho tiempo sentí que me discriminaban, que me apartaban. Esto es diferente”.

 

Julián trabajó junto a su papá como vendedor de marroquinería, pero no quería eso para el resto de su vida. Quería lo que veía en otras personas: estabilidad, desafíos, demostrar que podía superarse a sí mismo. 

​Los especialistas explican que el espectro autista es amplio, pero que todos pueden trabajar. En nuestro país las empresas se apoyan en la ONG Asociación Argentina de Padres de Autistas (APAdeA), que son de alguna manera quienes capacitan a los empleados, les dan cursos ylos preparan para recibir a las personas con TEA. “Les explicamos que si bien son iguales a otros, el trato no es siempre es el mismo. Que si alguno se quedó obsesionado con el botón de la camisa no es porque no te presta atención o es un maleducado, sino que es su forma de ser. No está ni bien ni mal”, explica Horacio Joffre, presidente de la entidad.

En la oficina. Las compañías tienen apoyo de una ONG para llevar adelante el programa. (Emmanuel Fernández)

En la oficina. Las compañías tienen apoyo de una ONG para llevar adelante el programa. (Emmanuel Fernández)

"Para que el programa sea efectivo, hay un círculo de apoyo para los participantes conformado por una persona del equipo que facilita su integración; un mentor o colaborador voluntario; un coach especialista en TEA y un jefe de área que alinea los distintos roles", explican desde DirecTV, donde tienen personas con autismo en una prueba piloto en Administración, Legales, Operaciones y Recursos Humanos.

Dentro de los cambios que ofrecen estos empleados al ambiente laboral se destaca que disfrutan las rutinas, necesitan claridad y precisión en la comunicación y son transparentes, tanto que no conocen la mentira. El pedagogo experto Gustavo Dubniki explica cómo es el proceso de adaptación y convivencia en el entorno del trabajo: “Captan muy bien desde lo visual, pero que necesitan consignas verbales cortas, no entienden el doble sentido y son muy sinceros. Pueden decirte con absoluta sinceridad que lo que estás haciendo está pésimo o que te vestiste muy feo. Lo que hay que entender es que son chicos que tienen una mirada diferente de ver el mundo, que son diversos, pero que no son diferentes”.

 

Los cambios en los espacios laborales son inmediatos. Dicen que se respira otro aire, que hay más solidaridad, más compañerismo: “Ahora nos saludamos todos con todos. Estamos más pendientes de lo que necesita algún compañero. Ellos son muy puntuales, si una reunión empieza a las 8, todos tenemos que estar a las 8 en ese lugar porque sino se sienten mal. Nos obliga a ser más efectivos y más claros con los mensajes. Por ejemplo si hay algún empleado que era de quejarse mucho, eso ya no pasa”, cuenta Alejandro Masip, director de Proyectos Financieros Estratégicos para Americas de SAP, líder del programa y además padre de un chico con autismo. Para Masip su sueño es que esto se replique: “Me encantaría que cada vez sean más las empresas que se sumen al programa. Les aseguro que el beneficio es muy satisfactorio”.

 

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Mitos y verdades: ¿De qué hablamos cuando hablamos de Autismo? 

El último 2 de abril la Plaza Congreso de pintó de azul porque se conmemora el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo y el color fue elegido como símbolo de este trastorno por el océano. Hay veces que el azul es brillante y calmo como el mar en un día de verano, y en otras oportunidades, se oscurece y se disipa como un mar de tempestad. Representa de alguna manera lo que viven a diario las familias y las personas con este síndrome.

El Trastorno del Espectro Autista consiste en una condición neuro-biológica que altera las capacidades de comunicación y relación; varía desde muy leves hasta muy graves, según el grado de pérdida de las habilidades sociales y de comunicación y se diagnostican con certeza a partir de los tres años.

"Existen algunos signos de alerta que los padres deben conocer y que surgen a partir del año, como que el niño no reacciona al llamado del nombre, no señala objetos de su interés, no presentan situaciones imaginarias, por ejemplo, darle de comer a un oso o hacer que un avión vuela y evita y no hace contacto visual", explica Celeste Marisi, del grupo promotor de TGD-Padres-TEA.

Y continúa: "También pueden perder palabras que habían adquirido, tienen atraso en la adquisición del lenguaje, realizan berrinches sin causa aparente o hacen movimientos repetitivos estereotipados como caminar en puntas de pie, aletear o girar sobre sí mismo". Si bien no hay estadísticas oficiales, desde la Asociación Argentina de Padres de Chicos con Autismo (APAdeA) informaron que se estima que en Argentina existen más de 400.000 personas con autismo.

El noviembre de 2014 el Congreso sancionó la Ley 27.043, de Abordaje Integral de los Trastornos del Espectro Autista, pero hasta el día de hoy no se reglamentó. "La implementación de la Ley mejoraría la situación sobre todo a los sectores más vulnerables, quienes no tienen obras sociales ni prepagas; además la norma prevé investigación y desarrollo de estadísticas, lo cual es fundamental para la planificación de políticas públicas", sostuvo Marisi.

El cerebro de las personas con TEA se desarrolla de manera diferente al de los niños con desarrollo típico, por lo que su funcionamiento y el procesamiento de información también se da en forma diferente. Es común que deban afrontar desafíos en la comunicación y en la interacción social; al tiempo que suelen realizar actividades o manifestar intereses o conductas repetitivas o estereotipadas. También es frecuente que presenten alteraciones en el proceso de estímulos sensoriales, por lo que pueden tener dificultades para tolerar ciertos sonidos o texturas, por ejemplo.

Silvia Panighini, jefa del Sector de Psiquiatría Infantil de Fleni, derriba algunos mitos.

MITO 1.  “Son personas incapaces de sentir o expresar afecto” Los niños y adultos con TEA sonríen, lloran, se enojan y expresan amor. Establecen vínculos de apego con sus seres queridos. El modo de comunicar estos sentimientos puede resultar poco típico.

MITO 2.  “Las personas con TEA no hablan ni se comunican” Con la ayuda adecuada un gran porcentaje de niños con TEA desarrolla lenguaje, otros lograrán comunicarse a través de métodos alternativos de la comunicación.

MITO 3.  “La mejoría es muy poco frecuente” Todas las personas con TEA mejoran en el curso de su desarrollo y si las intervenciones son tempranas, intensivas y específicas, las probabilidades de expresión verbal, relación social y aprendizaje son muy altas.

MITO 4.  “Son niños que no pueden ir a escuelas comunes” La decisión sobre la escolaridad no depende de un diagnóstico sino de las características y necesidades específicas de cada individuo y de las posibilidades de la escuela. La integración en la escuela común es deseable y posible en muchos casos.

MITO 5.  “Los padres son la causa del trastorno” Existen evidencias de factores genéticos ligados a los TEA, sobre éstos, los factores ambientales pueden incidir tanto negativa como positivamente. Un ambiente rico en interacciones, calidez y comprensión contribuirá a la evolución favorable de un niño con TEA.

MITO 6.  “Prefieren estar solos y no tener amigos” Las personas con TEA desean relacionarse y tener amigos, pero les resulta difícil comprender cómo comportarse en situaciones sociales. Comprender y responder a las emociones de otros puede resultarles una tarea desconcertante.

 

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