Por Ricardo Fisch, Global Head, Cloud Services de gA.
Publicado en: Forbes Argentina
Ya no es novedad que la nube es una herramienta clave para la transformación de las empresas, que permite agilidad en los negocios y democratiza el acceso seguro a aplicaciones y datos desde cualquier lugar con conexión a Internet. De hecho, según un estudio de Oracle, se estima que hacia el 2025 el 80% del flujo de trabajo y las cargas críticas de las empresas estarán operando en la nube.
Cloud no sólo propone nuevas plataformas, sino que es el mayor cambio en el paradigma de uso de Tecnología de Información desde el advenimiento de Internet. En este sentido, mucho se sigue hablando sobre su potencial transformador de los negocios, e incluso hoy más que nunca en tiempos de incertidumbre, como lo es el escenario de distanciamiento social que impone el COVID-19. Nos obliga a reorganizar el trabajo en las compañías y organizaciones, vemos el impacto real de la nube.
Se viven momentos claves, en donde las decisiones deben ser tomadas con rapidez, agilidad y, sobre todo con información en tiempo real. Para responder a esta situación, el mundo de las empresas debe estar preparado para dar continuidad y sustentabilidad a los negocios, empezando por asegurar la conectividad y el acceso a la información de manera rápida, segura y desde cualquier lugar.
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La seguridad de las personas es la prioridad número uno de cualquier empresa, por lo que garantizar que sus empleados puedan trabajar de manera remota y segura a través de Internet se vuelve crucial. Con la nube podemos pensar en un modelo de trabajo remoto y productivo, con nuevas formas de trabajo y colaboración dentro de una organización y en relación a otros agentes en la cadena de valor. Evitar la ruptura del Supply Chain en aspectos vitales como medicamentos, alimentos, elementos de prevención; es más clave que nunca en estos tiempos.
Las empresas que cuentan con una infraestructura en cloud, cuentan con ventaja para lograr migrar gran parte del staff a un modelo remoto, operando de manera ininterrumpida, sin perder la seguridad de sus datos y resguardando a sus colaboradores.
Por el otro lado, aquellas compañías que aún no se decidieron migrar a la nube, se encontrarán con mayores desafíos a la hora de establecer una estrategia de continuidad del negocio, en el marco de esta coyuntura global.
Además de la habilitación tecnológica, se requiere un cambio en la cultura de la organización del mismo modo en que, en estos días, aquellos hogares en los que convivan el teletrabajo con la teleeducación también exigen otro modo de adaptación. Estamos transitando momentos clave, que marcarán un antes y un después en la manera de afrontar los negocios, del cual habrá aprendizajes y lecciones que impulsarán el uso estratégico de la tecnología.
Establecer un modelo sustentable dentro de la organización, que minimice el impacto económico de estos tiempos; y asegurar la continuidad de la cadena de suministro, ya no es solo un tema de negocios. Es parte clave de la responsabilidad social de las empresas, el estado y las organizaciones sociales.